sábado, 30 de agosto de 2014

Qué tipo de madre soy

Como ya sabéis si habéis leído mi blog, estoy embarazada. Pero además ya soy madre de un niño que me robó el corazón al nacer ahora hace seis años. Es la persona que más quiero en este mundo. Cambió mi vida. Alteró el orden de mis prioridades. Me enseñó a ser menos egoísta y a valorar el tiempo -el tiempo con él, el tiempo sin él, el tiempo libre... el tiempo en general-. Con él entendí que significa QUERER en mayúsculas. Pero aún así, no soy de esa clase de madres que sabe hacer galletas y pasteles.

Adoro a Max. Me enamora. Me encanta el tiempo con él. Pero también me gusta tener tiempo para mí. Tengo amigos con hijos y amigos sin y me gusta salir con ellos a tomar una café o a cenar. Me gusto el silencio. Algunos momentos de soledad.  Callejear. Estar a solas con mi pareja. El cine. Leer y escribir. Comprarme ropa y ponerme guapa, sin prisas. Me gusta el mar -siempre el mar-. Disfrutar de un vino bueno. Viajar con amigas. Reírme. Beber con ellas. Bañarme en la playa. Aprender cosas nuevas. Conocer gente. Los chiringuitos con música.

No soy de esa clase de madres que no tiene objetivos más allás de sus hijos. No soy de ese tipo de madres que no superan el apego y no pueden separarse de sus hijos sin sufrir ansiedad. Y evidentemente, cuando Max no está conmigo lo echo de menos, pero entiendo que es una persona independiente de mi. Todos los niños son seres independientes. Por eso al nacer se rompe el cordón umbilical que nos une a ellos, para que puedan crecer y desarrollarse. Libres. Cerca de mamá pero sin ataduras. También creo que los hijos no son nuestros, que son un préstamo que nos hace la vida, y que debemos cuidarlos, guiarlos y enseñarles, pero llega un día que los tenemos que devolver a la vida, para que vivan su propia existencia. Y ese día no quiero quedarme vacía. Quiero seguir siendo yo, mamá, mujer, hija, amante, amiga, hermana, sobrina.

Quiero que mi hijo sea ciudadano del mundo. Quiero que ame la vida y el planeta. Quiero que tenga confianza. Quiero que abra su mente y utilice su inteligencia. Que sea tolerante, observador, que tenga inquietudes y curiosidad por saber. Quiero que sea lo que él quiera ser. Que tenga sueños y los persiga. Que se ría mucho, pero que también aprenda a llorar y ser fuerte para superar los contratiempos, porque seguro que en algún momento no le quedará más remedio que aprenderlo. Quiero que quiera a sus amigos. Que respete a los demás. Quiero que quiera y respete a su pareja y sobretodo, quiero que se quiera y se respete a si mismo. Y para todo eso, no creo que sea imprescindible que yo sepa hacer mil variedades distintas de magdalenas de colores.

Y ese tipo de madre soy yo. Del club de #malasmadres del mundo. Única. Imperfecta. Cariñosa. Guía. Cómplice. Y siempre, siempre, estaré ahí para Max.



viernes, 29 de agosto de 2014

¿Te gustaría o no que una doula te acompañara durante tu embarazo y el post parto?

La primera vez que escuché hablar sobre las doulas fué en el programa 30 minuts de TV3 hace muchos años: creo que hablaban de Holanda. Concretamente el documental mostraba cuál era el método habitual para dar a luz en ese país, cuál era el "protocolo" del parto y explicaban cómo el Estado  asignaba una doula para que acompañara a la embarazada y su familia en los meses previos al parto, en el parto y durante el post parto -yo entendí que la doula era una especie de comadrona/matrona, es decir, una persona preparada, académica y profesionalmente, y avalada por un nivel de estudios y una amplia experiencia-. En ese momento yo no tenía hijos y lo único que recuerdo es la sensación que me quedó después de ver el programa: pensé que Holanda era una país más avanzado que el nuestro en todos los niveles - social, cultural, científica, tecnológica y económicamente, etc-  y me pareció que sería estupendo disponer de la figura de una doula a nuestro lado en el momento en que mi pareja y yo decidiéramos tener hijos.

Y da la casualidad que ayer estuve ojeando los blogs de algunas compañeras, y precisamente en el de  Mareta meva cliqué sobre la pestaña ¿qué es una doula?. Y que hoy entro en Twitter y me encuentro con este artículo que ha publicado Núria Roca en su blog, Los tacones de Olivia -aprovecho para decir que desde que leo su blog simpatizo mucho menos con ella que cuando sólo conocía su faceta como presentadora. No comparto la mayoría de sus opiniones y mucho menos aún, apruebo que su pareja, el periodista Juan del Val, se defina así mismo como "Taurino, triatleta, flamenco, ateo, madridista, escritor y con 3 hijos" en su cuenta de Twitter, porque considero muy sinceramente que los toros deberían estar prohibidos. Pero claro, esto es sólo mi opinión personal-.

¡Total!. Una vez más se demuestra que para gustos los colores y que sobre todos los temas, cualquier tema, como por ejemplo, la necesidad o no de tener una doula a tu lado durante el proceso de gestación y post parto, encontrarás siempre unos aférrimos defensores y unos locuaces detractores.

¿Y tú qué opinas?.  Si tenéis tiempo os recomiendo la lectura de los enlaces que os he colgado para que así os podáis formar vuestra propia opinión sobre las doulas.

A disfrutar del fin de semana que hoy ya es viernes!

Lista de preguntas para hacer a la comadrona

Ostras. Me sigo encontrando mal y con muy poca energía. Mañana tengo visita con la comadrona y estoy impaciente por comentar con ella las mil dudas que me asaltan. De momento he hecho una pequeña lista: 
  • Estoy cansadísimaaaa. ¿Por qué me canso tanto y cómo lo podría solucionar?
  • En cuanto supe que estaba embarazada dejé de fumar, pero eso tiene sus consecuencias: nervios, estar más irascible, estado de ánimo bajo, ansiedad... ¿Cómo combatirlo?
  • ¿Por qué he engordado tantos quilos en tan poco tiempo? En el otro embarazo no me sucedió así. ¿Es por la edad? ¿Es dañino?. ¿Puede indicar este aumento de peso un problema gestacional con el azúcar?. ¿Me pongo a dieta? Y si eso es recomendable, ¿qué tipo de dieta?
  • ¿Puedo tomar té e infusiones durante todo el embarazo?
  • ¿Qué me recomienda: gimnasia, yoga o natación para embarazadas? ¿Qué centros de mi ciudad me recomienda?
  • Tengo mucho dolor de espalda, ¿puedo hacerme masajes? ¿cualquier tipo de masajes?
  • Faltan unos cuantos meses, pero me gustaría hablar del parto y saber qué puedo esperar y qué no. Qué hospitales abogan por los partos naturales, qué puedo exigir al personal sanitario que me atienda durante el parto... La otra vez no me preocupé por estas cosas y el parto fue muy distinto a lo que yo esperaba -digamos que fue una pesadilla que al final, únicamente por suerte, acabó bien-.

Pues bien, esto es lo que hay escrito en mi lista hasta ahora. Seguro que hay mil cosas más que necesito hablar -en voz alta y no sólo para mi-, pero ahora mismo estoy en blanco... Así que me voy a la cama a ver si mientras consigo conciliar el sueño se me ocurren más preguntas.



Mañana os cuento cómo me va con la comadrona... A dormir!



jueves, 28 de agosto de 2014

Bye bye verano, welcome septiembre.

BYE BYE summer

Ahora ya se puede decir que prácticamente se ha acabado el verano 2014. Estamos a finales, muy finales, de agosto, y ya empiezan los nervios y los preparativos de la vuelta al cole. Ahora Max ya tiene 6 años y por suerte siempre le gustó ir a la guardería primero y más tarde a la escuela, pero recuerdo perfectamente que a mi me daba muuuucha pena dejarlo allí e irme a trabajar -a pesar de que él se quedaba contento-. Conservo todas las fotos de su primer día en la guarde, su primer día en P3, su primer día en P4 y su primer día en P5 -un día las cuelgo para que veáis su carita de expectación en cada una de ellas-. Y este año ya irá a Primero!. 

Cómo dar la "noticia"

Confieso que este año estoy un poco nerviosa porque como novedad, yo estoy embarazada -y además, no me encuentro precisamente bien y temo no tener suficiente energía-. Aún no se lo he explicado a Max, en parte porque quiero esperar un poquito y en parte porque de momento y hasta el 31 de agosto, está de vacaciones con su padre -hace un ratito he hablado con él por teléfono y me muero de ganas de verle-. 

Pero en cuanto esté conmigo, y decidamos que ha llegado el momento, le explicaré que está esperando un hermanito/a. Y aquí van mis dudas: ¿cómo se lo digo?. ¿Cómo le transmito mi alegría y al mismo tiempo la seguridad de que él va a seguir siendo és para que no sienta ni un poquito de celos o inseguridad? ¿Alguién quiere compartir su experiencia y explicar cómo lo contó ella?. Sería genial conocer diferentes maneras de contarlo!.

martes, 26 de agosto de 2014

Susto durante el primer trimestre

Este fin de semana empezó bien -a pesar de que Max no está conmigo porque sigue de vacaciones con su padre-. El viernes Jordi no estaba pero vinieron dos amigas a cenar: Carla y Pilar. Un día os hablo de ellas para que las conozcáis un poquito más, pero a grandes rasgos os diré que somos amigas desde hace unos 10 años aproximadamente, ninguna de ellas tiene hijos ni quiere tenerlos y su vida es un pelín distinta a la mía -sobretodo por los pedazo de viajes que hacen cada año-. Bueno, el caso es que hice un arroz caldoso con mi redescubierto My Cook y todo fue la mar de bien, a pesar del diluvio que nos calló encima cuando las recogí en la estación. Al final se quedaron a dormir porque su ropa aún estaba empapada y se fueron el sábado por la mañana.

Y entonces, aprovechando que seguía estando sola, quedé con mi amiga Patricia para comer una paellita frente al mar -esa era la idea original y eso fue lo que acabamos haciendo- Os diré que con Patricia siempre me rió un montón y que nuestras vidas se asemejan bastante: misma edad, hijos, pasamos por una separación... sólo que ella está diez veces más delgada que yo. Lo pasamos muy bien, hablamos muchísimo, reímos, incluso hicimos un sinpa jaja, hicimos mil fotos y luego volvimos a casa.

Y entonces llegó el domingo al mediodía. Jordi ya había vuelto y yo me encontraba fatal. Muy cansada. Fui al baño y me pegué el susto de mi vida al ver que tenía pérdidas: fue ver la mancha rojiza y ponerme blanca.

Pero Jordi me tranquilizó. Y así lo hice, porque soy optimista por naturaleza y pensé que muchas chicas me habían contado episodios semejantes que tenían final feliz. Fuimos a urgencias y efectivamente todo quedó en un susto: en la ecografía oí el latido fuerte y sonoro de mi futuro bebé y recuperé el color en la cara.  Me recomendaron reposo, volver a urgencias en caso de tener más pérdidas, y ecografía en 48 horas.

Hoy he ido a hacerme la ecografía y todo va bien. 
Así que doy gracias a los dioses, al universo y a la vida por esta oportunidad de poder volver a ser mamá a los 40 años. 
Gracias.





viernes, 22 de agosto de 2014

Ice Bucket Challenge. Los famosos se tiran cubos de agua helada


Cada vez que entro a fcbk o a twitter aparece un famoso tirándose encima un cubo de agua helada con cubitos flotantes de hielo. 

A estas alturas todo el mundo sabe de qué va la historia: se trata de una campaña de recogida de donaciones para la investigación de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), que es una enfermedad neurodegenerativa mortal. La campaña Ice Bucket Challenge consiste en que una persona se tira una cubo de agua con cubitos de hielo y cuelga el video en las redes sociales. Esta persona hace una donación de 10 euros y al mismo tiempo, nomina a 3 personas más que tienen que imitarlo y a su vez donarán otros 10 euros cada uno. Si las 3 personas nominadas no llevan a cabo este reto en menos de 24 horas, entonces la donación aumentará a 100 euros.

En EEUU la campaña está siendo un éxito y ya han recaudado cerca de 32 millones de dóldares, pero en España la campaña no está funcionando igual de bien, porque resulta que los famosos si se tiran el cubo de agua helada, si lo suben a las redes sociales y si retan a otras 3 personas, pero se les olvida hacer el donativo a ELA.

Por favor, un poquito de seriedad: nos gusta ver los videos, pero aún nos gustaría más si se recaudara una suma considerable para la investigación de esta enfermedad mortal.

Blues del embarazo. ¿Por qué nos ponemos tristes?

Dicen que hay un día que es el más triste del año para todas las personas. Lo llaman Blue Monday -lunes triste- y por lo visto, según un estudio de la Universidad de Cardiff del año 2005, el 20 de enero es el día más deprimente del año debido a que se unen varios factores como por ejemplo: que es lunes, que se ha acabado la Navidad, que es invierno y hace frío, que estas atravesando la cuesta de enero y que con las uvas te marcaste unos propósitos para el año nuevo y ahora adviertes que no los estas llevando a cabo y por eso estas decepcionado de ti mismo.

No sé si estáis de acuerdo en que un día concreto al año pueda se pueda considerar el día más triste para todo el mundo pero a mi me parece que no, que la tristeza es algo muy particular y que nadie te puede marcar cuál va a ser tu día más triste. ¿Y por qué os explico todo esto?. 

Porque creo que ayer fue un día muy blues para mí. Mucho. A media mañana estuve llorando por la calle -con las gafas de sol puestas para disimular- después de hablar por teléfono con Max, que está de vacaciones con su padre. Fue colgar el teléfono y empezar a llorar. Sentía mucha pena y no sabía porqué, sólo que le echaba de menos y quería abrazarlo fuerte. Creo que es antinatural pasar tantos días sin mi hijo de seis años. Lo extraño. No lo llevo bien. Llamé a Jordi para oir su voz y así calmarme pero me saltó el constestador, así que seguí llorando por la calle un buen rato, desconsolada.

Luego me sentía físicamente mal. Me dolía mucho la barriga y estaba muy cansada. Así que llegué a casa, tecleé un rato el portátil, comí un poco y me tumbé en la cama con las piernas en alto con la esperanza de encontrarme mejor poco a poco. Al final me dormí y me desperté, más triste aún si cabe, cuando llegó Jordi. Y ya empecé a llorar. Y a discutir. Y sentía que me faltaba el aire. Y me sentía sola. Y nada me calmaba. Y quería ver a Max, olerlo. Y así estuve hasta que por fin si me calmé y cené algo. 

Así que ya veis. Un festival de hormonas y un desastre de día. Hoy ya no estoy tan triste, pero sigo sin encontrarme bien y me duele la barrigota -que se me está hinchando a pasos agigantados-. Por suerte tengo médico el martes y estoy preparando un interrogatorio digno del FBI con todas las preguntas y todas las dudas que me asaltan.


jueves, 21 de agosto de 2014

Bienvenida al Gran Festival de las Hormonas


¿Estas embarazada? ¡Bienvenida al Gran Festival de las Hormonas!. Pasa y coge una silla... ¿Cómo? Que ahora estas enfadada y ya no quieres entrar?. ¿Qué pasa?. Ay, no, por favor no llores. No te pongas triste... Y ahora, ¿de qué te ríes?.

Como ya sabrás o como ya habrás notado, es normal tener frecuentes cambios de humor durante el embarazo porque los cambios hormonales afectan el nivel de los neurotransmisores cerebrales encargados de crear los diferentes estados de ánimo. Por si esto no fuera suficiente, estar embarazada despierta muchos sentimientos contradictorios: alegría, tristeza, melancolía, miedo, inseguridad, euforia, soledad, desdicha, emoción, enfado, ansiedad... ¡todo al mismo tiempo!.

Los cambios de humor aparecen entra la sexta y la décima semana, luego "aflojan" un poco durante el segundo trimestres, y vuelven a aparecer en la recta final del embarazo. Y es que estar embarazada puede ser muy estresante: a mi particularmente me parece un periodo de tiempo que hay que pasar para ser mamá, pero que no me gusta en absoluto, porque no me siento bien ni por dentro ni por fuera. Por un lado está el malestar físico -acidez, cansancio, pesadez- que no te hacen sentir precisamente la reina de la fiesta. Y luego está la parte emocional. Porque aunque tengas muchas ganas de tener un hijo, hay un montón de temas que te van a preocupar, como la salud -tuya y del bebé-, que todo vaya bien, la relación de pareja, los otros hijos, el trabajo, la economía familiar, la organización del tiempo y el espacio, sentirte poco atractiva, no tener energía...

Si está leyendo esto y sientes cierta ansiedad, no te preocupes. No te sientas culpable por sentir todas estas contradicciones porque todas las tenemos, sólo que algunas mujeres las exponen en voz alta y otras no. 

¿De dónde vienen los quilos que engordamos durante el embarazo? La retención de líquidos



Cada mujer es un mundo y no hay una ecuación exacta que determine los quilos que vamos a engordar durante los 9 meses de gestación, pero está claro que todo el peso o parte del peso que aumentemos durante el embarazo se destinará, en primer lugar, al bebé -entre 3 y 3.5 quilos- y en segundo lugar, al líquido amniótico -entre 2 y 3 quilos-. Además, hay que tenener en cuenta el aumento de los pechos y del volumen en sangre -entre 2 y 3 quilos-. 

Tomando los valores más altos de entre los señalados, eso sumaría 9,5 quilos en total. Entonces, ¿por qué algunas engordamos más de 15 quilos a pesar de llevar una dieta variada y ajustada? ¿Por qué cada vez que me subo a la báscula peso unos gramos más?. ¿No se supone que durante el primer trimestre apenas debería engordar?.

Es muy probable que la causa sea la retención de líquidos: las venas y los conductos linfáticos de nuestro cuerpo tratan de devolver los líquidos que sobran hasta la sangre, y mas tarde son eliminados a través del riñón con la orina. Si el sistema no funciona bien, los líquidos se retienen y aparecen los quilos de más. Además, durante el embarazo, los cambios hormonales y el aumento del flujo sanguíneo favorecen esta retención.

Yo normalmente ya sufro retención de líquidos así que estoy poniendo en práctica una serie de consejos para evitar los quilos de más y los edemas. Ahi va la lista:

miércoles, 20 de agosto de 2014

Dudas, miedos e inquietudes durante el embarazo


Tengo una colección de miedos. He pensado escribir una lista, luego guardarla en un frasco de cristal, buscar un lugar al que nunca vaya a regresar y enterrar la botella con la lista de miedos, por lo menos a 50 centímetros bajo tierra. Leí una vez que este era un buen hechizo para olvidar a alguién y tal vez funcione para olvidar los miedos, no?.

Mi lista empezaría con el miedo que me da ser demasiado mayor cuando el bebe alcance la mayoría de edad.  O pensar que quizás nunca conoceré a mis futuros mietos o que abandonaré este mundo cuando él/ella aún me necesite -este es un miedo típico porque he leído que en EEUU hay grupos de apoyo para personas que han sido padres en su madurez, que basan la terapia en resolver el miedo a perder la edad madura de tus hijos-. También me da miedo que Max sufra muchos celos y lo pase mal -porque creo que ya tuvo su dosis de tristeza cuando su padre y yo nos separamos-. Max es la persona que más quiero en el mundo. Lo extraño muchísimo cuando está con su padre y paso unos cuantos días sin verle. Me siento mal. Pienso que me estoy perdiendo cosas importantes de su crecimiento, que habrá cosas que no sabré de él o que no podré guiarle porque no estoy a su lado. ¡Lo echo tanto de menos!. Me asusta no querer tanto a mi segundo hijo como al primero. Me inquieta que los hijos de mi pareja no acepten a su nuevo medio hermano/a. Cruzo los dedos para que el embarazo vaya bien, para que el parto sea perfecto y maravilloso -el de Max no lo fue-. Para que mi recuperación sea rápida y tenga suficiente energía para "llegar" a todos y a todo. No quiero volver a separarme nunca más -lo pasé muy mal con la separación porque yo quería que Max tuviera una familia nuclear de las de toda la vida-. Tengo miedo de no poder con todo. 

Y ahora que lo pienso, creo que la palabra miedo podría substituirse por la palabra inseguridad: he sido una persona insegura toda mi vida y aunque he mejorado un poquito con los años, en las situaciones nuevas o estresantes mi insegura interior ruge tan fuerte que no me deja pensar con claridad. Pero esta vez intentaré mantenerla encerrada. Es quizás la última oportunidad que tengo de volver a ser madre y quiero disfrutarlo tanto como pueda. Sin miedos.

Cuidado básico de la piel

Os cuento. En mi primer embarazo para luchar contra la estrías que pueden aparecer debido al estiramiento de la piel, utilicé la crema Antiestrías de la marca Carreras que compraba en la farmacia. Era una crema un poco cara, pero además me molestaba mucho su olor, su color y su textura -está es una opinión personal-. Así que en la recta final del embarazo empecé a utilizar otras cremas, entre ellas esta Antiestrías de Deliplus (Mercadona) que antes tenía un packaging distinto y el tubo era de color naranja.

Estas son las cremas que utilizo ahora y estoy encantada con ellas:


Antiestrías de Deliplus
Manteca corporal de coco de Cien - LID´L

martes, 19 de agosto de 2014

Asimilar el aumento de peso sin sentirse fea

Gorda. Me siento gorda y fea. Sé que es frívolo, que suena frívolo, pero no lo puedo evitar.

Y me consta -porque tengo amigas que así lo han sentido- que hay mujeres que se sienten más atractivas cuando están embarazadas, pero no es mi caso, ni ahora ni tampoco durante mi primer embarazo.

Los primeros meses tienes una gordura que no es bonita -bueno, hay chicas de constitución delgada que apenas muestran señales de embarazo hasta el quinto mes de gestación-, pero normalmente, las que tenemos una constitución fuerte, ya nos hinchamos durante los primeros meses, aunque todavía no pareces embarazada. Me explico. 

En mi caso, la retención de líquidos hace que se me inflen los brazos, las piernas, los muslos, los pechos y sobretodo, y muy especialmente, la barriga. Pero no en forma de barriguita redondita y dura de pre-mama. No señor. A mi se me poner barriga cervecera y la ropa me aprieta por todas partes  a pesar de que no ha llegado aún el momento de vestir ropa premama. Así que empiezo a vestirme con ropa, que hasta ahora me venía holgada, que se me ciñe horrorosamente a mi cuerpo orondo. Y me siento apretada. Incómoda. Y empiezo a sentirme fea. 

Embarazo a los 40: la famosa lista de ventajas y desventajas


Me encantan los mándalas y resultan útiles para la concentración, para activar la energía positiva y para expandir la mente. Protegen de la energías negativas del entorno -y espero que también proteja de las personas tóxicas-. Sirven también para equilibrar los chakras aunque hay que tener en cuenta qué colores escogemos según el chakra que quieras equilibrar o desbloquear. Con lo de mi incipiente embarazo no me encuentro demasiado bien, así que creo que necesito equilibrar TODOS los chakras.



Hace pocos días me quedé prendada de este que os cuelgo y al buscar el significado de los colores que se mezclan en él, descubrí que es perfecto para mi en estos momentos: azul (quinto chakra: calma, paz, serenidad), verde (cuarto chakra: equilibrio en todos los sentidos) y rosa (paz interna, autovaloración y equilibrio de las emociones). 

Porque esto es lo que necesito ahora: tranquilidad, paz y equilibrio para asimilar mi nueva situación. Porque hay momentos que me siento super contenta de estar embarazada y hay momentos en los que estoy asustada porque no lo veo claro -sobretodo al consultar la famosa lista de ventajas y desventajas de estar embarazada a los 40:


lunes, 18 de agosto de 2014

Ser madre a los 40 . Glups!

Me llamo Emma. Tengo 40 años y un hijo, Max, que tiene seis. Mi pareja tiene 3 hijos de relaciones anteriores -más adelante os cuento detalles-. Creo que somos una familia atípica y vivimos todos juntos en una casita junto al mar y por primera vez en 20 años estoy sin trabajo -compaginé mi época de estudiante universitaria con diversos trabajos, así que esta etapa de no actividad laboral es toda una novedad para mí-.

Todo empezó con mucho sueño, mucho cansacio y unos quilos de más -retención de líquidos-. Me sentía agotada, como si me hubieran dado una paliza y tenía mucho sueño, aunque por la noche, al acostarme, me era imposible conciliar el sueño hasta las 2 o las 3 de la madrugada. Preocupada, decidí pedir hora a mi médico de cabecera, Yolanda, una doctora que vale su peso en oro y que me ha ayudado más allá de su labor terapéutica en varias ocasiones - si acaso, otro día os cuento los detalles también-. Pensé que volvía a tener un desequilibrio en las tiroides, pero la recepcionista me indicó que mi doctora estaba de vacaciones y consideré que era mejor esperar a su regreso -ya os he dicho que esta doctora me encanta y prefería hablar con ella sobre mis sospechas en lugar de hacerlo con su sustituto-. Así que cogí hora para verla a ella unas semanas más tarde.

Mientras tanto intenté, sin éxito, hacer dieta, pero cada día me sentía más hinchada y mis tetas crecían a pasos agigantados. Y claro, también descubrí que no me venía la regla. Y ahí si que me entró el pánico. Era posible un embarazo?. Era posible?. Me sentí tan mal que empecé a encontrarme peor -supongo que eran los nervios-. Me mareaba, tenía nauseas y me dolía la cabeza. Y al final, decidí acabar con la tortura del no saber y hacerme una prueba de embarazo. Y resultó que...