sábado, 30 de agosto de 2014

Qué tipo de madre soy

Como ya sabéis si habéis leído mi blog, estoy embarazada. Pero además ya soy madre de un niño que me robó el corazón al nacer ahora hace seis años. Es la persona que más quiero en este mundo. Cambió mi vida. Alteró el orden de mis prioridades. Me enseñó a ser menos egoísta y a valorar el tiempo -el tiempo con él, el tiempo sin él, el tiempo libre... el tiempo en general-. Con él entendí que significa QUERER en mayúsculas. Pero aún así, no soy de esa clase de madres que sabe hacer galletas y pasteles.

Adoro a Max. Me enamora. Me encanta el tiempo con él. Pero también me gusta tener tiempo para mí. Tengo amigos con hijos y amigos sin y me gusta salir con ellos a tomar una café o a cenar. Me gusto el silencio. Algunos momentos de soledad.  Callejear. Estar a solas con mi pareja. El cine. Leer y escribir. Comprarme ropa y ponerme guapa, sin prisas. Me gusta el mar -siempre el mar-. Disfrutar de un vino bueno. Viajar con amigas. Reírme. Beber con ellas. Bañarme en la playa. Aprender cosas nuevas. Conocer gente. Los chiringuitos con música.

No soy de esa clase de madres que no tiene objetivos más allás de sus hijos. No soy de ese tipo de madres que no superan el apego y no pueden separarse de sus hijos sin sufrir ansiedad. Y evidentemente, cuando Max no está conmigo lo echo de menos, pero entiendo que es una persona independiente de mi. Todos los niños son seres independientes. Por eso al nacer se rompe el cordón umbilical que nos une a ellos, para que puedan crecer y desarrollarse. Libres. Cerca de mamá pero sin ataduras. También creo que los hijos no son nuestros, que son un préstamo que nos hace la vida, y que debemos cuidarlos, guiarlos y enseñarles, pero llega un día que los tenemos que devolver a la vida, para que vivan su propia existencia. Y ese día no quiero quedarme vacía. Quiero seguir siendo yo, mamá, mujer, hija, amante, amiga, hermana, sobrina.

Quiero que mi hijo sea ciudadano del mundo. Quiero que ame la vida y el planeta. Quiero que tenga confianza. Quiero que abra su mente y utilice su inteligencia. Que sea tolerante, observador, que tenga inquietudes y curiosidad por saber. Quiero que sea lo que él quiera ser. Que tenga sueños y los persiga. Que se ría mucho, pero que también aprenda a llorar y ser fuerte para superar los contratiempos, porque seguro que en algún momento no le quedará más remedio que aprenderlo. Quiero que quiera a sus amigos. Que respete a los demás. Quiero que quiera y respete a su pareja y sobretodo, quiero que se quiera y se respete a si mismo. Y para todo eso, no creo que sea imprescindible que yo sepa hacer mil variedades distintas de magdalenas de colores.

Y ese tipo de madre soy yo. Del club de #malasmadres del mundo. Única. Imperfecta. Cariñosa. Guía. Cómplice. Y siempre, siempre, estaré ahí para Max.



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